26 oct 2012

Caspian + Syberia @ SIDECAR


Imagen extraída del Flickr de Rosario López

El pasado lunes, la pequeña sala Sidecar de Barcelona acogió lo que podemos llamar como EL CONCIERTO. De todos los espectáculos que he visto a lo largo del año, el de ayer creo que se ganó un puesto en el TOP 3 desde los primeros 5 minutos. Las expectativas estaban altas y una parte de mi temía por que alguna de las bandas no diese de si y acabase pinchando. Afortunadamente Syberia y Caspian, respectivamente, disiparon mis temores al poco de empezar sus set list.

La velada empezó pronto, a las 21'15 ya tocaban nuestros amigos de Barcelona, 15 minutos antes de lo avisado. Syberia demostró lo que vale con esas tres primeras canciones, las tres primeras del disco, a partir de ahí se fueron sucediendo los temas, sin perder un ápice de intensidad, sin mostrar fatiga. Los que los conocían, encantados; los que los estaban descubriendo, flipando y qué bien les sienta esa tercera nueva guitarra, ahora que se pueden regalar más en matices se nota y se agradece. Las canciones han ganado otra dimensión, tienen más peso que en el disco, y ya es decir.

Syberia se pudo ir a dormir sabiendo que, de seguir así, les espera un gran futuro. Me gustaría acertar al decir que en 2 o 3 años, con la llegada de un segundo disco, obtienen el reconocimiento que está obteniendo ahora mismo Toundra, por ejemplo. Porque un grupo que se sube al escenario y es capaz de hablarle de tú a tú a Caspian sin achantarse, merece respeto y la mejor de las suertes.

Acabado el concierto de los de Barcelona, le tocaba el turno a los de Massachusetts. Esa gente es muy grande (literalmente) a penas cabían en el diminuto escenario de la sala y daba la sensación de que se tenían que agachar para no darse con el techo. Entre bromas pasamos los minutos previos hasta que se pusieron a tocar Walking Season, el tema que abre su nuevo álbum, y entonces ni bromas ni hostias.

Con Walking Season dejaron claro que iban a darle caña y con Porcellous dejaron con el culo torcido a los que se eseperaban una explosión de sonido en la anterior canción. A partir de ahí, con el público encandilado, salvo el típico imbécil que va a los conciertos para hablar a grito pelao de gilipolleces, se sucedieron los temas, a cada cual más espectacular. Se podría decir que el concierto fue una espiral ascendente que culminó con Sycamore. Para mi, el concierto fue más una montaña rusa de emociones, los estadounidenses tienen un don natural para pasar de los pasajes más tranquilos y poéticos a tralla más cañera solo hay que ver como se mueven sobre el escenario, como una banda de Hardcore. Si a eso le sumamos un sonido capaz de tumbar a un mamut, el resultado es uno de los conciertos más jodidamente espectaculares a los que he tenido la suerte de asistir.

Solo lamento que la sala no fuese más grande. Para empezar, por comodidad para el público (parecía que nos estábamos refugiando de un bombardeo) pero sobretodo por comodidad para los músicos. Ni Syberia ni Caspian (con cinco miembros cada uno) cabían en el escenario y luego el engorro de bajar amplis e instrumentos, un follón vamos. Por suerte la acústica no está nada mál, al ser tan pequeño, el sonido se recoge más pero en el caso de Caspian, que tocan con un volumen muy alto, se dio el caso que a veces se saturaba un poco.

En definitiva, el de ayer fue posiblemente (y a la espera del concierto de Godspeed You! al que lamentablemente no podremos ir) el mejor concierto de Post-Rock del año y una demostración del buen estado en el que se encuentra este maravilloso género musical. Solo me queda esperar que se sucedan más eventos como el de ayer, con un poco de suerte acabaré cogiendo síndrome de Stendhal permamente.

Por Fran Vázquez

23 oct 2012

Placebo, B3



Después del batacazo que se pegó Placebo con el Battle for the Sun (fue una mezcla de falta de ganas y expectativas demasiado altas después de esa genialidad que es el Meds), los de Brian Molko han vuelto con un EP a modo de redención por su pequeño tropiezo. Y yo me alegro un montón. La cosa es que no sé qué narices les pasó en el 2009, me aventuro a decir que el cambio de batería les trastocó un poco y por eso el Battle for the Sun se quedó en una especie de quiero y no puedo, un disco sosainas que no te incita a una segunda escucha, fue una lástima porque Placebo llevaba una trayectoria espectacular.

Afortunadamente este EP recupera un poco lo que venían siendo años atrás, sin la fuerza del Meds o del Sleeping with Ghosts pero con el gracejo que siempre tuvieron. Recuperando ese sonido tan característico suyo (la voz de Molko hace mucho, no nos vamos a engañar) que se mueve entre esas melodías decadentes al más puro estilo Sonic Youth y el pop con toques electrónicos. B3 empieza muy bien, la intro electrónica cede rápidamente el testigo a una guitarra, bajo y batería pausadas pero con fuerza yal voz de Molko acaba de hacer el tema más pegadizo, no es Bulletproof Cupid pero está muy bien.

Sigue I Know You Wanna Stop, un tema con una batería seca y cruda y que cede el protagonismo a la guitarra y bajo durante los estribillos y bridges. Un tema que me recuerda bastante a Nirvana pero sin la mala leche de los de Seattle, claro está, éste es como más europeo. A continuación viene The Extra, una especie de medio tiempo genial, muy al estilo de las primeras canciones 'lentas' del grupo y I Know Where You Live, otra que arranca lenta pero a diferencia de la anterior esta pega el estirón al final. Tal vez sea ese estirón lo que salve el tema, porque de no hacerlo se hubiese quedado en una canción algo aguada. Afortunadamente ahí están Brian Molko y esos rifs de guitarra para salvar la papeleta. Acaba el EP con Time is Money, una canción de 7 minutos y cuarto, carne de cañón para los futuros conciertos (yo la veo en acústico, no sé vosotros) y con una letra que a un servidor le ha encantado. Tal vez le quitaba los coros del final, pero eso son neuras mías.

En definitva, me alegra ver que Placebo no ha tirado la toalla, que vale, que puede que el disco no tenga toda la chicha que pudiera tener, pero personalmente yo lo he disfrutado como un enano y, más allá de ello, voy a ponerme el Black Market Music, y después el Sleeping With Ghosts y cuando acabe, remataré con el Meds, porque si algo ha hecho este EP ha sido recordarme que siempre han estado ahí, ahora solo falta esperar su regreso por todo lo alto, puede que el B3 haya sido el toque de aviso.

Por Fran Vázquez

22 oct 2012

Entrevista a Syberia

Lunes de post-rock en Barcelona con Caspian y Syberia en la Sala Sidecar. La semana no podía empezar mejor. Y por si esto fuese poco colgamos en exclusiva la magnífica entrevista que nos brindaron los cracks de Syberia. Esperemos que os guste. 


20 oct 2012

Caspian, Waking Season


Supongo que le pasa a todo el mundo, cuando empiezas a escuchar un género musical de manera compulsiva e insana, empiezas sin filtro, vas escuchando todo lo que dicen que lleva esa etiqueta y no es hasta pasado cierto tiempo que empiezas a discernir, cuando ya tienes tus bandas favoritas a las que sigues asiduamente y las demás las vas descartando. Hace relativamente poco que estoy enganchado al Post-Rock pero desde que empecé con The Hawk is Howling de Mogwai siempre me acompañó el grupo protagonista de la review de hoy, Caspian. Lo cierto es que no sé de donde salió, si me lo recomendaron o los escuché de rebote pero era un grupo que siempre tenía en el iPod y ver que su nuevo trabajo está considerado el mejor disco de Post-Rock del año, como que me provoca cierto orgullo.

Ahora bien, decir que es el mejor disco de Post-Rock del año teniendo en cuenta que Mono y Godspeed han editado álbumes este 2012 es jugarse el cuello. Por eso, si tengo que ser sincero, Caspian ha sacado el mejor disco de Post-Rock del año, así con dos cojones.

Waking Season es un disco perfecto, me atrevería a decir. Los de Massachusetts han encontrado el equilibrio perfecto entre el Post-Rock aterciopelado de Mono y el Post-Rock más hardcoreta de Mogwai, dando como resultado una pequeña joya de una hora de duración donde nada falta y nada sobra.



Haciendo referencia al título el disco te despierta con su primera canción, Waking Season, es un tema ascendente, una sacudida que te deja colgado en la preciosa Porcellous. Como si Caspian te diese un toque de atención para luego despertarte en el mundo que ellos han creado. Así explico el sonido tan evocativo de este segundo tema, con unas guitarras que son la mezcla perfecta de las dos bandas mencionadas antes. La canción culmina con un crescendo made in Caspian, combinando las guitarras en modo mandolina, con un bajo más bestia y una batería intensísima para pasar a un tenue piano.

Seguimos soñando con Gone in Bloom and Bough, la canción más larga del disco. Un tema que a más de uno le parecerá un coñazo pero que yo encuentro sublime, con esa gloriosa entrada de las guitarras distorsionadas cuando la canción más lo pedía, ese pasaje intermedio tan calmado con las voces de fondo y ese subidón a ritmo de redoble. Brillante.

Seguidamente viene una exquisita rareza, Halls of the Summer es un tema genuinamente poppy, con su inicio electrónico y una segunda mitad que desborda optimismo por todos lados. Esta canción, con letra sería un bombazo en las salas de baile. Siguen Akiko y High Lonesome. El primero una canción ligera a la par que bonita, mientras que el segundo funciona como un interludio, marca el ecuador del álbum y nos enlaza con Hickory '54 a golpe de bombo. Caspian nos sigue guiando a través de su mundo con esta canción, usando el bombo constante como guía, se van sucediendo diversos pasajes hasta llegar a un final apoteósico propio de la banda, cuando el sonido te explota en la cara. Uno de mis temas favoritos del álbum (aunque escoger uno es casi imposible).

Encaramos la recta final del disco con Long the Desert Mile, una especie de medio tiempo precioso  que usa unas guitarras con unas reminiscencias heavymetaleras muy logradas. Collider the Blue, otra rareza que recalca el estilo Ambient de todo el disco y nos ayuda a empalmar con la última pieza de esta obra, Fire Made Flesh donde los estadounidenses se despiden de nosotros con un tema brutal. En sus casi 8 minutos de duración nos llevan desde el Ambient al Prog-Rock pasando por el Post-Rock y el Post-Metal sin despeinarse.

En conclusión, Caspian ha demostrado con este álbum que es una banda puntera, muy a tener en cuenta en el futuro. Aportan frescura, originalidad y fuerza a un estilo que tiende a la repetición y a anquilosarse en unos estándares. Consiguen moverse con facilidad por varios estilos para enriquecer el suyo propio, lo que le da un sello de distinción. Es esa naturalidad con la que se mueven, que ningún cambio en sus estructuras suene forzado, que todo parezca estar hilvanado desde un buen comienzo lo que ha hecho que este Waking Season esté considerado como lo que es, el mejor disco Post-Rock del año.

Por Fran Vázquez


17 oct 2012

While She Sleeps, This Is The Six

Corren tiempos nuevos y un ejemplo de que las cosas están cambiando es el debut de While She Sleeps. Si hace años fueron grupos como The Beatles, The Clash, The Rolling Stones o U2 los que petaron la escena musical británica, ahora el testigo lo han tomado bandas como Bring Me The Horizon, Architects o los recién llegados, While She Sleeps. ¿Qué estilos tan diferentes, no? De los éxitos del pop, el rock y el punk británicos al más puro metalcore, que es lo que se lleva ahora (cual tractor amarillo). Que se popularice un estilo tan peculiar y especial como el metalcore es un claro síntoma de que algo está cambiando en el mundo, pero sobretodo en el Reino Unido. While She Sleeps acaban de aterrizar con su sorprendente disco-debut This Is The Six, una oda a la vertiente más punk y melódica del metalcore. El cambio de ciclo continúa.


While She Sleeps acaban de aparecer, pero no empiezan ahora. Sus componentes llevan juntos desde el 2006 y en 2010 sacaron su EP The North Stands for Nothing que plantaba las semillas de su debut, This is the Six. El disco empieza con una canción que recuerda a grupos como Parkway Drive, Comeback Kid o los mismísimos Gojira. Tralla, caña, una voz demoledora y unos riffs de guitarra que podrían ser dignos de un tercer álbum de cualquier grupo de metalcore. Habiendo puesto toda la carne en el asador, el segundo tema False Freedom lleva el estilo hacia un camino más melódico, con unos coros brutales que abrazan el tema y lo llevan al clímax final, apoteósico. Las canciones se suceden sin parar ni vacilar, con una fuerza impresionante, hasta The Chapel, la lenta. Un puente completamente instrumental que nos sirve para coger fuerzas después de esta primera parte tan intensa y prepararnos para continuar hacia adelante. Después de salir de la capilla de la tranquilidad nos metemos de lleno, otra vez, en un mar estridente y de ritmo frenético en el que los británicos demuestran que les sobran cojones para crear metalcore sin repetir la misma fórmula. Empujados hacia el abismo llegamos, después de cuatro canciones, a Reunite, la canción que cierra esta magnífica experiencia. Aquí dejan a un lado sus referentes más duros y crean una pieza que se asemeja de una forma muy curiosa a Exitlude, la canción que daba por finalizado el disco Sam’s Town, de The Killers. Como si todo el grupo y unos cuantos amigos más estuviesen de juerga en el local de ensayo, While She Sleeps da por concluido su debut.

En general ha sido toda una sorpresa. No bastaba con tener Bring Me The Horizon que llegaron los Architects. Y no bastaba con eso que llegaron los While She Sleeps, casualmente de Sheffield, la misma ciudad que Bring Me. Y los tres se dan la mano para petar, cada uno a su manera y con su estilo, el metalcore británico y convertirse en los referentes de una generación cuyos padres cantaban al son de Hey Jude.

Por Aniol Florensa

16 oct 2012

Riley Breckenridge habla

La web PureVolume cuelga en su web una pequeña delicia relacionada con Thrice, la canción Words in the Water (la mejor de su último disco) tocada en directo. Extraída del CD en concierto que editará la banda americana como regalo de despedida, Anthology. Posiblemente será lo mejor que oigáis en todo el día.


La web adjunta un pequeño video donde el batería del grupo y mi dios personal, Riley Breckenridge, comenta lo que significa para él la canción en cuestión. Básicamente dice que es su tema favorito del Major/Minor y una visión interesante de lo que ha hecho Thrice en los últimos años. Una especie de búsqueda de respuestas, tema recurrente para los californianos desde siempre. Os dejamos el video, está en inglés pero se entiende y total, solo es un minutillo y medio.

14 oct 2012

Godspeed You! Black Emperor, Allelujah! Don't Bend! Ascend!




Bueno... ¿por dónde empiezo? Vale, Godspeed You! Black Emperor son al Post-Rock lo que Pink Floyd al Prog-Rock, lo que The Clash al Punk, lo que Static-X al Nu-Metal (¡toma referencia al Nu-Metal!). Gracias a ellos, este género musical cogió forma, sentaron las bases y marcaron el camino. Un camino que Mogwai y, sobretodo, Explosions In The Sky, se encargarían de asfaltar. Por eso, cuando GY!BE vuelven a grabar un disco (el primero en diez años), como que todo se para un segundo. Dejas lo que estás haciendo, te sientas en tu sillón, pones el CD y le das fuerza a los altavoces porque Godspeed You! no es un grupo para escuchar en el coche de vuelta de casa de tu novia, es un grupo que se debe saborear con calma y tranquilidad.

La review del Allelujah! Don't Bend! Ascend! va a ser un tanto diferente, básicamente porque el CD no puede ser analizado tema por tema. Como suele ocurrir en los grupos Post-Rock, sus discos están concebidos como bloques compactos, donde cada canción es un pasaje dentro de un conjunto global. Haced la prueba, coged el In passage de Immanu El o el The Four Trees de Caspian e intendad escuchad las canciones desordenadas, la percepción del disco cambia, más de lo que podría cambiar si cogieramos, por ejemplo, el Kingwood de Millencolin e hicieramos lo mismo. Sabiendo esto hay que concienciarse de lo que se va a escuchar. No sé si juega en su contra, pero aunque el disco sea tremendamente bueno (lo digo ahora para evitarnos sorpresas) necesita un contexto y un poco de nuestra parte. Es como la película Pi de Darren Aronofsky, que es muy buena, pero no es recomendable verla con los amigotes durante una noche de pizza y peli.

Una vez preparados solo queda comentar este A!DB!A! (mira que son rebuscados poniendo nombres). Lo cierto es que es el disco más jodido de comentar con el que me he encontrado. Para empezar cuenta con cuatro temas, de veinte, seis, veinte y seis minutos respectivamente. Estos cuatro temas sirven para recordar a los fans del género quienes llevan la voz cantante, solo ellos podrían provocar semejante montaña rusa de sensaciones y pasajes, los temas sabes cómo empiezan pero no como acaban. Ponerse el disco, tumbarse en el sofá y dejarse llevar por estos canadienses te asegura un viaje de tres pares de narices, durante su escucha es muy fácil perderse en el tiempo, y eso me encanta.

En el disco, la banda parece que haya puesto todo la carne en el asador, hay una sensación como que se nota que tenían ganas de volver. No se cortan un pelo en meter todo lo que se les ocurra, así nos encontramos sonidos árabes y pasajes que tiran por el rock psicodélico como en Mladic o momentos bizarros como en Their Helicopters' Sing o el último minuto de Mladic. También dejan espacio para el Post-Rock más convencional en We Drift Like Worried Fire con un sonido que recuerda al de Explosions o Mono. Momentos de chicha como en el final de Mladic y pasajes que parecen extraídos de la casa del terror. Todo esto aderezado con un sonido tremendamente distintivo -aunque lo de imitar un disco de vinilo lo encuentro innecesario-, con unas guitarras que van de riffs al más puro estilo indie rock a los ya clásicos rasgueos de guitarra distorsionada del post-rock o al shoegaze de los grupos más experimentales. Mención especial a la sección de violines que no tiene nada que envidiar a la de Mono y a la batería que, aunque pueda parecer que está supeditada al resto, hace un trabajo titánico imprimiendo una fuerza brutal cuando los temas más lo necesitan.

En definitiva, Allelujah! Don't Bend! Ascend! es un disco excelente, perfectamente ejecutado pero con un gran handycap, es tan experimental y alternativo que difícilmente conseguirá calar en aquel que no sea un seguidor acérrimo de la banda o un amante consumado del Post-Rock, en mi caso me sé de muchos amigos que pondrán este trabajo a caer de un burro, no les culpo, en parte es comprensible. Al igual que yo no soporto escuchar un disco entero de Sex Pistols, hay personas a las que este CD le causará un inenarrable dolor de cabeza.



Por Fran Vázquez

9 oct 2012

The 69 Eyes, X

No son el mejor grupo de metal del mundo, ni lo serán. No son míticos. No son un estandarte. No son un grupo que pase a la posteridad. Pero si algo tienen The 69 Eyes es que han seguido siempre el camino que han querido, manteniéndose al margen pero aportando su granito de arena en el goth metal. Esto es lo que les hace únicos e interesantes. Es la capacidad de crear una álbum más que correcto sin desmarcarse de su estilo lo que hace de la banda finesa un referente dentro de su estilo. 


Su último trabajo X, no es el disco del año, ni su mejor álbum, pero recoge la esencia de The 69 Eyes y lo hace un disco correcto, sencillo y, lo más importante, entretenido. ¿Cuántas veces hemos escuchado un disco de goth metal y al cuarto tema ya teníamos suficiente? X rompe con esta monotonía gótica y nos trae 10 canciones de composición simple, deducible pero coherente. La voz aterciopelada de Jyrki acompaña unas melodías que se acercan más a la banda sonora de una road movie que a una iglesia abandonada. Y es de agradecer el toque motero que The 69 Eyes plasman en sus canciones. El ejemplo de canción de carretera oscura es el séptimo tema Bordeline, en mi opinión una de las mejores canciones del disco y la menos gótica. Pero vayamos por partes. El disco arranca con Love Runs Away, una épica y dulce declaración de intenciones. Un golpe de puño sobre la mesa para decir: “hemos vuelto, y no hemos cambiado”. Coincidencia o autoplagio, pero el estribillo de la siguiente canción, Tonight, se parece demasiado a Never Say Die, del Angels (2007). No es un problema que se parezca. De hecho se agradece la fuerza que comparte con su homóloga. En el tercer tema, Black, Jyrki canta como si de Johnny Cash se tratase dando a una canción bastante monótona y plana un poco de cuerpo e intensidad. If You Love Me The Morning After pasa sin pena ni gloria. Es una canción bastante aburrida y con poco atractivo, pero claro, un disco con 9 canciones parecería un trabajo de Linkin Park y no de The 69 Eyes. En Red se confirma el bajón del disco, este pack de tres canciones que hunden un poco el disco y la diversión de las primeras canciones. Suerte que llegan I Love The Darkness In You y la antes alabada Bordelines, dos canciones poco góticas pero con una carga sentimental y una contundencia envidiables. ¿Soul? ¿Es soul eso que escucho? Sí, es un rock con soul. Es I’m Ready, una canción fuerte con coros de misa negra. Este plus lanza la canción hacia su compañera I Know What You Did Last Summer, el tema tétrico y épico, con el piano como protagonista y la intención de atormentar al pobre fan emo-gótico. When A Love Comes To An End pone punto final al disco. Es una canción pausada, ambiental, con el objetivo de cerrar este último capítulo, por el momento, de The 69 Eyes.

Como ya he dicho en la introducción de la review, este disco no aporta nada nuevo, pero en él podemos volver a gozar de la esencia de The 69 Eyes. Este 2012 no está siendo particularmente bueno con los últimos trabajos de las bandas de toda la vida pero los finlandeses han sabido sacar partido a lo que saben hacer y no se han perdido intentando aportar savia nueva a sus canciones. Si una cosa funciona, ¿por qué tocarla?

Por Aniol Florensa