18 dic 2012

True North, nuevo single de Bad Religion



Bad Religion saca nuevo disco en enero, True North, como bien nos lo hacen saber en el video. Bad Religion es uno de los grupos que peor me caen del panorama punk americano, gracias a su anticarismático cantante Greg Graffin. Esto es una opinión mía, que conste, si a alguien le gusta la cara de gilipollas de este señor

 yo lo respeto.

8 dic 2012

Caspian Audiotree Sessions

Poco hay que decir, uno de los mejores discos del 2012, reafirmados como una de las mejores bandas de Post Rock del momento y un directo capaz de tumbar a un elefante africano adulto. Gracias a Audiotree que en esto de grabar buenos directos son los mejores.

1 dic 2012

Billy Talent, Dead Silence

Han vuelto y con los huevos más hinchados. Estamos hablando de Billy Talent y su Dead Silence, toda una contradicción porqué de “silence” no tiene nada y de “dead” aún menos. “Anem al gra”. Pongámonos en faena. Let’s go!


Parecía que con su disco III el grupo de Toronto había hecho un paso atrás en su carrera. La fuerza de discos como el II se apagaba y nos ofrecían un álbum en el que, sí, había temazos, pero la crema brillaba por su ausencia. En cambio, en su nuevo álbum, Dead Silence, Billy Talent recupera, tres años más tarde, esa intensidad, esa velocidad y esa pseudoviolencia a la que nos tenían acostumbrados. Esos riffs locos, esas dobles voces que se funden en una melodía única y nueva, ese bajo golpeando la retaguarda y esa batería acompañando la rabia de la voz principal. Echábamos de menos la esencia de Billy Talent. Tres años después la hemos recuperado. Y la prueba de ello es Death Viking March, la segunda canción del álbum. Una declaración de intenciones y una rebelión en toda regla. El disco avanza a base de canela, con canciones de todo tipo y con un estilo más rockero que el que practicaban en sus álbumes anteriores haciendo del “Dead Silence” uno de los mejores disco-retorno del panorama actual (véase la diferencia con el Push and Shove de No Doubt).

Pocas cosas más se pueden decir de Billy Talent y su retorno. Al que no le gustaban antes no le gustaran ahora y al fan incondicional le sabrá canela fina el retorno de la banda canadiense. Sólo nos falta esperar sus conciertos en Madrid y Barcelona, los días 19 y 20 de enero de 2013, respectivamente. ¡De momento gozad de este discazo!

por Aniol Florensa

23 nov 2012

Cierran Apolo temporalmente



Lo comentamos ayer en nuestro espacio en el programa de radio Les+Sonades pero ahora La Vanguardia se hace eco de la noticia. 

Y es que el ayunamiento de Barcelona ha ordenado el cierre de la Sala de conciertos Apolo (sala mítica donde las haya) por deficiencias estructurales. Vamos, que como comentaba el heeb Aniol, la catástrofe del Madrid Arena, les ha puesto el culete fino a las autoridades y, antes de que se líe la de Cristo aquí, prefiere chapar y evitar muertes innecesarias. El caso es que la Sala Apolo, Apolo 2, el restaurante Apolo Dinner y el Salón Recreativo de al lado se han visto obligados a cerrar hasta que se subsanen los fallos estructurales. Un poco de argamasa por aquí, cambiar los zocalos y echarle un ojo a las regletas de la luz y listos. 

Esperemos que esté listo pronto porque esta Sala acogía grandes actuaciones y lo último que queremos es ver como cancelan conciertos y festivales, como el próximo Aloud Fest. Desde aquí les damos tod nuestro apoyo a los chicos de Apolo y les deseamos las mejores de las suerte. Ánimo Apolo, estamos contigo!


The Big Bench, lo nuevo de Juan Blas

Ya han salido las dos primeras canciones de The Big Bench, el nuevo proyecto de Juan Blas después de disolver Nothink allá por los junios de este año, cuando la maquinaria titánica de este, vuestro blog de música favorito, empezaba a funcionar.

Aquí las canciones, a ver, están bien (se agradece que aún haya un poco de estilo en España y no todo sea Pablo Alborán y sus muertos en vinagre) pero no dejan de sonar como los temas lentos de Nothink. En fin, seguimos esperando a que se reúnan otra vez (si se reunieron los Hombres G...).






16 nov 2012

Memphis May Fire, Challenger



Entre tanta review y tanto movimiento, desde que abrimos, los heebs no hemos parado de escuchar buena música, asistir a buenos conciertos y trabajar sin destajo (risas, es broma), a veces se nos pasan pequeñas joyitas, perlitas de genialidad musical que, sepultadas por el aluvión de noticias, discos y peticiones de los millones y millones de fans que tenemos por todo el Universo, pasan inadvertidas hasta que se calma la lluvia de bragas y sujetadores que recibimos a diario y podemos darles segundas escuchas a trabajos como el que hoy comentamos.

Memphis May Fire es un grupo de Metalcore al estilo de Architects o Attack Attack! que conocí por casualidad cuando un día, en un rampell de locura, me bajé la B.S.O de una de las 8000 películas de Saw. El caso es que de entre toda la broza me llamó la atención Ghost in the Mirror de un grupo del que no había oído hablar en mi pagana vida, Memphis May Fire. Total, me bajé un EP y allí empezó nuestra historia de amor, aquella maqueta era todo chicha, temazo tras temazo. En 2011 sacaron The Hollow, su segundo trabajo de estudio. Este disco me acabó de confirmar que estaba escuchando a una banda con proyecciones de ser una de las grandes (si no se mata nadie por el camino). Vaya discazo, nada sobra, nada falta, desde su inicio con ese torpedo que es The Sinner, pasando por The Victim hasta acabar con la genial The Redeemed. Una obra de arte de un género tan trillado como el Metalcore.

Pues bien, un año después, MMF volvió a la carga y ¿sabéis qué? Lo volvieron a hacer. Como quien no quiere la cosa, los de Texas -que han sufrido más cambios en su formación que el gobierno- se cascaron un discazo como la copa de un pino. Puede que no supere a The Hollow pero como poco lo iguala y eso, perdónenme ustedes damas y caballeros, no es moco de pavo.

Challenger (un verdadero desafío) empieza con una verdadera declaración de intenciones, Without Walls, que acaba con un “justo cuando pensabas que nos conformamos con una situación, derrumbamos el muro”, después de esto nada puede ir mal. Alive in Lights nos pone en situación, este pepino de canción nos muestra los puntos fuertes de la banda, esa combinación deliciosa del scream más gutural del Death Metal con los estribillos más melódicos del Pop. Me recuerda a los mejores momentos de Escape the Fate pero sin el retén de “vigila que no se asusten las niñas”. Prove me Right y Red in Tooth and Claw siguen la estela de fuerza dejada por el inicio del disco hasta llegar a mi tema favorito del álbum, Vices, un obús de canción, desde el primer segundo entra en tu cabeza arrollando con todo (nada que envidiar a los mejores temas de Parkway Drive o All That Remains) y de repente, BANG! ese estribillo irrumpe en escena, con dos cojones nos clavan algo que podría cantar Britney Spears en su último hit. Seguidamente viene Legacy manteniendo la potencia y la lenta del disco Miles Away, con la colaboración de Kellin Quinn, cantante de Sleeping With Sirens. Después de la balada toca volver a la chicha, Jezebel nos pega con todo lo gordo y Losing Sight se apoya en el ex-cantante de Asking Alexandria, Danny Worsnop, para ponernos a todos tiesos. El disco ya está finiquitado cuando entra en escena Generation-Hate, último tema antes de cerrar con Vessels, canción instrumental que sirve para despedir este Challenger a modo de tema de videojuego cuando te lo pasas y salen los créditos.

Y ya está. Pues muy bien por los Memphis ¿no? ¿Le ponemos 5 monchetas verdes? Yo se las pongo porque ciertamente me ha parecido un señor disco, lo cierto es que tiene su miga hacer Metalcore, al ser un género con tanta oferta (y a veces tan mala) es fácil caer en saco roto y pasar desapercibido pero para eso estamos los Heebs, para poner donde toca a estos grupos.



Por Fran Vázquez

12 nov 2012

Soundgraden, King Animal



Soy un enamorado de los noventa, lo digo aquí y ahora. Para un servidor los años que van del Facelift de Alice in Chains al III de Days of the New son los mejores de la historia a nivel musical, cinematográfico y artístico en general. Por eso, escuchar el nuevo trabajo de Soundgarden, me transporta a esa gloriosa época y me encanta.

King Animal es un disco intenso, lleno de fuerza que recoge toda la evolución de los de Seattle para entrar a saco en tu cabeza. Empieza como un maldito tiro con Been Away Too Long para pasar sin darte un respiro a Non-State Actor. Qué bueno es Chris Cornell, por el amor de dios. By Crooked Steps baja un poco el ritmo para enlazar con A Thousand Days Before, segundo temazo del disco (después de Been Away...). Una canción muy experimental y progresiva, como si los Pink Floyd se hubiesen puesto a hacer hard rock grunge.

Vuelven de la locura con Blood On The Valley Floor, canción de ritmo pausado, muy metal, tal vez el tema más flojo del disco pero que nos sirve para ver la calidad del álbum, si esta es la mala... cómo debe ser la buena. Siguen los medio tempo Bones Of Birds, muy al estilo de los temas lentos de sus primeros discos, lo cual me encanta y Taree que me recuerda un montón los temas lentos a Alice in Chains, cuidado con los 25 segundos finales de la canción, pura genialidad.

Pasada la mitad del disco, Soundgarden le meten zapatilla de nuevo (pero solo un ratito). Attrition tiene la palabra hit grabada en la frente, vale, le sobran los “uh-uh” pero es un temazo igualmente. Black Saturday me gusta menos, nah, es broma, Black Staurday, al igual que A Thousand Days Before juega más con la experimentación, es una canción rara, pero si algo ha caracterizado a esta banda ha sido su capacidad de innovación y aquí lo demuestra. Con Halfway There llega mi tema favorito del disco, Chris me gana desde el primer verso y ese estribillo me pone blandito el corazón.

El álbum se despide de la mejor manera que podía hacerlo, con tres temas que nos recuerdan las virtudes de los años mozos del grunge, por si alguien no lo había pillado durante el disco, Soundgarden quiere que cuando acabe el King Animal te pongas a escuchar a Mudhoney y Screeming Trees. Worse Dream es la primera en hacerlo, ese bajo del principio, esas guitarras distorsionadas, la batería desatada y Chris a toda hostia, brutal su final. Sigue Eyelid's Mouth, con su estribillo al más puro estilo Alice in Chains, sucio y pesado (que no cansino). Y llega el final con esa genialidad que es Rowing, vaya coros, vaya Chris, vaya guitarras, vaya TODO, que manera más grande de acabar el disco, sí señor, me quito el sombrero.

¡Menudo año llevamos, señores! Y en diciembre se habla del nuevo trabajo de TOOL, de ser cierto, yo no sé como voy a llegar al 2013.



Por Fran Vázquez

9 nov 2012

The Gaslight Anthem, Sala Apolo

No fue una de las mejores noches, ya os lo digo. Pero tampoco estuvo nada mal. Fue un concierto temprano y “chachi”, uno más para la colección. Les Fat Jones y The Gaslight Anthem en la Sala Apolo no serán recordados por la locura que crearon, pero si por el buen rollo y el rato agradable que hicieron pasar a la masa congregada en la emblemática sala del Paralelo barcelonés. 

A las 19:30 abrían puertas y al rato salían Les Fat Jones, una mezcla de pop-rock ochentero con el indie-rock de los tiempos que corren. Ya lo dijo su cantante: estaban al 80% de su calidad por la baja de uno de los guitarras. Al no haberlos escuchado antes no sé si el guitarra ausente es una pieza clave en la formación pero se notaba que les faltaba un pulmón y, en algunos temas, parecía que tocasen al 45% de sus posibilidades. No brillaron en demasié pero tampoco fueron un truñaco de estos con los que te miras con los colegas deseando que acabe tal infierno. Les faltó un poco de garra y les sobraron melodías cutres con el piano, pero esto, con cinco años más queda arreglado. 

Después de una hora de buen rollete llegaron, más puntuales que nunca, The Gaslight Anthem. Fue un concierto conservador. Los temazos de siempre más savia nueva del último disco, Handwritten. Brian Fallon estaba de lo más charlatán y nos regaló unas cuantas risas haciéndose el red-neck y cachondeándose con los miembros de la banda. La verdad es que lo petaron mucho pero la gente respondió poco. Había poco punk entre el público y demasiado fan de Bruce Springsteen soso. Pero Fallon no vaciló ni un momento e hizo temblar el culete del más sosainas de los ahí presentes. Buenos temas, una fuerza terrible y casi dos horacas de concierto. ¿Qué más quieres? El concierto del año pasado fue más loco y caliente que el de “enguany” pero el de ayer fue redondo como pocos. 

Como ya he dicho en la introducción, el de ayer no fue un concierto especial. Pero la calidad de Gaslight y el espíritu de Les Fat Jones hicieron que pasásemos una noche muy agradable.

 Por Aniol Florensa

7 nov 2012

Road to Groez 2013: primer cartel


Con esta imagen se da el pistoletazo de salida para el Groezrock 2013, el festival de música hardcore punk, metalcore y post-hardcore que se celebra en Bélgica. ¿Los pesos pesados? Rise Against, Bad Religion y Pennywise pero ahí están Bring Me The Horizon, August Burns Red, The Story So Far, Tim Vantol o Comeback Kid (¿con la formación original? ¿Eso significa sin Andrew Neufeld?).

Este año los Heebs and Bean pudimos disfrutar de este festival viendo a Thrice, Hot Water Music, Evergreen Terrace, Gallows, Refused, Dustin Kensrue, Dave Hause o Chuck Ragan entre muchos más. 2 días de buena música, locura extrema y un olor raruno mezcla de tierra mojada, cerveza y kebab que esperamos repetir el próximo mes de abril.

4 nov 2012

Parkway Drive, Atlas

Sólo me puedo quitar el sombrero. No hay ninguna otra reacción con lo que han acabado de parir Parkway Drive. Su cuarto disco, Atlas, me ha superado. Quizás ha sido porque iba con las expectativas bastante bajas, lo reconozco. Pero no sería la primera vez que espero durante meses (en algunos casos, años), como un niño pequeño, la salida al mercado de lo que se prevé como un discazo, y después de escucharlo quiero extirpar ese recuerdo de mi cerebro. Por este motivo estaba bastante escéptico con Atlas, pero Parkway Drive ha extirpado el recuerdo de fails de otros grupos y me han regalado el precioso recuerdo de escuchar Atlas por primera vez.

 

El disco es impecable. Con una ejecución perfecta y un equilibrio brillante. Nada sobra y nada falta. Los temas son Parkway Drive en estado puro y en algunos casos se han atrevido con sonidos nuevos. Es el caso de temazos como The Slow Surrender, donde las pinzeladas de un Dj convierten el tema en una pieza diferente y magnífica dentro del disco. Atlas arranca con Sparks un tema introductorio calmado pero contundente que viene a decir “aaaay con lo que viene…¡te vas a cagar!”. Y te cagas, joder si te cagas. Old Ghost / New Regrets ya son Parkway total. Doble bombo bien colocado, virtuosismo en las guitarras pero sin pasarse de la ralla y la garganta de Winston emitiendo esa voz tan característica y impecable. El inicio de Dream Run recuerda al de “Sleepwalker” de su anterior disco “Deep Blue”. La fuerza llegando poco a poco, como una ola, para acabar destrozando las rocas. A destacar el estribillo de este tema, precioso y contundente a la vez. Arte. Wild Eyes incorpora unos coros brutales, que junto a la melodía principal de la guitarra hacen que Wild Eyes sea una pieza única. Dark Days es el colapso estridente, la estampida, antes de otro temazo, The River. Empieza la canción y dices “huele a crema pura” y es lo que es. Junto a Atlas, The River, es EL tema. Aquellas canciones que funcionan como columnas de todo el disco. Y Parkway sabe cómo tratarlas con cariño y amor, dándoles un sonido diferente y colocándolas en lugares estratégicos. Este es uno de los dones de los australianos, saben cómo ordenar las canciones para que, cuando piensas que los temazos se han acabado y ahora vienen los descartes, te sorprenden con otra pieza única que te reactiva y hace que nunca te aburras de sus discos. Swing, Sleight of Hand y Snake Oil and Holy Water son tres canciones al más puro estilo Parkway. Demoledoras, eléctricas. Un torrente de sonido talentoso. Blue and The Grey pone fin a la gran experiencia que ha sido escuchar Atlas, acabando de forma tranquila, con el griterío, pero muy calmada, alejándose y desapareciendo pero habiendo dejado su huella.

Atlas es un discazo como una catedral. Nada repetitivo, todo nuevo. Parkway siguen petando la escena metalera mundial y no es para menos. Lo hacen con un talento brutal y, sobretodo, con una simpatía abrumadora. Sólo así te ganas a la gente. Con carisma, talento y humildad. Y Parkway Drive lo sabe. 

por Aniol Florensa
 

26 oct 2012

Caspian + Syberia @ SIDECAR


Imagen extraída del Flickr de Rosario López

El pasado lunes, la pequeña sala Sidecar de Barcelona acogió lo que podemos llamar como EL CONCIERTO. De todos los espectáculos que he visto a lo largo del año, el de ayer creo que se ganó un puesto en el TOP 3 desde los primeros 5 minutos. Las expectativas estaban altas y una parte de mi temía por que alguna de las bandas no diese de si y acabase pinchando. Afortunadamente Syberia y Caspian, respectivamente, disiparon mis temores al poco de empezar sus set list.

La velada empezó pronto, a las 21'15 ya tocaban nuestros amigos de Barcelona, 15 minutos antes de lo avisado. Syberia demostró lo que vale con esas tres primeras canciones, las tres primeras del disco, a partir de ahí se fueron sucediendo los temas, sin perder un ápice de intensidad, sin mostrar fatiga. Los que los conocían, encantados; los que los estaban descubriendo, flipando y qué bien les sienta esa tercera nueva guitarra, ahora que se pueden regalar más en matices se nota y se agradece. Las canciones han ganado otra dimensión, tienen más peso que en el disco, y ya es decir.

Syberia se pudo ir a dormir sabiendo que, de seguir así, les espera un gran futuro. Me gustaría acertar al decir que en 2 o 3 años, con la llegada de un segundo disco, obtienen el reconocimiento que está obteniendo ahora mismo Toundra, por ejemplo. Porque un grupo que se sube al escenario y es capaz de hablarle de tú a tú a Caspian sin achantarse, merece respeto y la mejor de las suertes.

Acabado el concierto de los de Barcelona, le tocaba el turno a los de Massachusetts. Esa gente es muy grande (literalmente) a penas cabían en el diminuto escenario de la sala y daba la sensación de que se tenían que agachar para no darse con el techo. Entre bromas pasamos los minutos previos hasta que se pusieron a tocar Walking Season, el tema que abre su nuevo álbum, y entonces ni bromas ni hostias.

Con Walking Season dejaron claro que iban a darle caña y con Porcellous dejaron con el culo torcido a los que se eseperaban una explosión de sonido en la anterior canción. A partir de ahí, con el público encandilado, salvo el típico imbécil que va a los conciertos para hablar a grito pelao de gilipolleces, se sucedieron los temas, a cada cual más espectacular. Se podría decir que el concierto fue una espiral ascendente que culminó con Sycamore. Para mi, el concierto fue más una montaña rusa de emociones, los estadounidenses tienen un don natural para pasar de los pasajes más tranquilos y poéticos a tralla más cañera solo hay que ver como se mueven sobre el escenario, como una banda de Hardcore. Si a eso le sumamos un sonido capaz de tumbar a un mamut, el resultado es uno de los conciertos más jodidamente espectaculares a los que he tenido la suerte de asistir.

Solo lamento que la sala no fuese más grande. Para empezar, por comodidad para el público (parecía que nos estábamos refugiando de un bombardeo) pero sobretodo por comodidad para los músicos. Ni Syberia ni Caspian (con cinco miembros cada uno) cabían en el escenario y luego el engorro de bajar amplis e instrumentos, un follón vamos. Por suerte la acústica no está nada mál, al ser tan pequeño, el sonido se recoge más pero en el caso de Caspian, que tocan con un volumen muy alto, se dio el caso que a veces se saturaba un poco.

En definitiva, el de ayer fue posiblemente (y a la espera del concierto de Godspeed You! al que lamentablemente no podremos ir) el mejor concierto de Post-Rock del año y una demostración del buen estado en el que se encuentra este maravilloso género musical. Solo me queda esperar que se sucedan más eventos como el de ayer, con un poco de suerte acabaré cogiendo síndrome de Stendhal permamente.

Por Fran Vázquez

23 oct 2012

Placebo, B3



Después del batacazo que se pegó Placebo con el Battle for the Sun (fue una mezcla de falta de ganas y expectativas demasiado altas después de esa genialidad que es el Meds), los de Brian Molko han vuelto con un EP a modo de redención por su pequeño tropiezo. Y yo me alegro un montón. La cosa es que no sé qué narices les pasó en el 2009, me aventuro a decir que el cambio de batería les trastocó un poco y por eso el Battle for the Sun se quedó en una especie de quiero y no puedo, un disco sosainas que no te incita a una segunda escucha, fue una lástima porque Placebo llevaba una trayectoria espectacular.

Afortunadamente este EP recupera un poco lo que venían siendo años atrás, sin la fuerza del Meds o del Sleeping with Ghosts pero con el gracejo que siempre tuvieron. Recuperando ese sonido tan característico suyo (la voz de Molko hace mucho, no nos vamos a engañar) que se mueve entre esas melodías decadentes al más puro estilo Sonic Youth y el pop con toques electrónicos. B3 empieza muy bien, la intro electrónica cede rápidamente el testigo a una guitarra, bajo y batería pausadas pero con fuerza yal voz de Molko acaba de hacer el tema más pegadizo, no es Bulletproof Cupid pero está muy bien.

Sigue I Know You Wanna Stop, un tema con una batería seca y cruda y que cede el protagonismo a la guitarra y bajo durante los estribillos y bridges. Un tema que me recuerda bastante a Nirvana pero sin la mala leche de los de Seattle, claro está, éste es como más europeo. A continuación viene The Extra, una especie de medio tiempo genial, muy al estilo de las primeras canciones 'lentas' del grupo y I Know Where You Live, otra que arranca lenta pero a diferencia de la anterior esta pega el estirón al final. Tal vez sea ese estirón lo que salve el tema, porque de no hacerlo se hubiese quedado en una canción algo aguada. Afortunadamente ahí están Brian Molko y esos rifs de guitarra para salvar la papeleta. Acaba el EP con Time is Money, una canción de 7 minutos y cuarto, carne de cañón para los futuros conciertos (yo la veo en acústico, no sé vosotros) y con una letra que a un servidor le ha encantado. Tal vez le quitaba los coros del final, pero eso son neuras mías.

En definitva, me alegra ver que Placebo no ha tirado la toalla, que vale, que puede que el disco no tenga toda la chicha que pudiera tener, pero personalmente yo lo he disfrutado como un enano y, más allá de ello, voy a ponerme el Black Market Music, y después el Sleeping With Ghosts y cuando acabe, remataré con el Meds, porque si algo ha hecho este EP ha sido recordarme que siempre han estado ahí, ahora solo falta esperar su regreso por todo lo alto, puede que el B3 haya sido el toque de aviso.

Por Fran Vázquez

22 oct 2012

Entrevista a Syberia

Lunes de post-rock en Barcelona con Caspian y Syberia en la Sala Sidecar. La semana no podía empezar mejor. Y por si esto fuese poco colgamos en exclusiva la magnífica entrevista que nos brindaron los cracks de Syberia. Esperemos que os guste. 


20 oct 2012

Caspian, Waking Season


Supongo que le pasa a todo el mundo, cuando empiezas a escuchar un género musical de manera compulsiva e insana, empiezas sin filtro, vas escuchando todo lo que dicen que lleva esa etiqueta y no es hasta pasado cierto tiempo que empiezas a discernir, cuando ya tienes tus bandas favoritas a las que sigues asiduamente y las demás las vas descartando. Hace relativamente poco que estoy enganchado al Post-Rock pero desde que empecé con The Hawk is Howling de Mogwai siempre me acompañó el grupo protagonista de la review de hoy, Caspian. Lo cierto es que no sé de donde salió, si me lo recomendaron o los escuché de rebote pero era un grupo que siempre tenía en el iPod y ver que su nuevo trabajo está considerado el mejor disco de Post-Rock del año, como que me provoca cierto orgullo.

Ahora bien, decir que es el mejor disco de Post-Rock del año teniendo en cuenta que Mono y Godspeed han editado álbumes este 2012 es jugarse el cuello. Por eso, si tengo que ser sincero, Caspian ha sacado el mejor disco de Post-Rock del año, así con dos cojones.

Waking Season es un disco perfecto, me atrevería a decir. Los de Massachusetts han encontrado el equilibrio perfecto entre el Post-Rock aterciopelado de Mono y el Post-Rock más hardcoreta de Mogwai, dando como resultado una pequeña joya de una hora de duración donde nada falta y nada sobra.



Haciendo referencia al título el disco te despierta con su primera canción, Waking Season, es un tema ascendente, una sacudida que te deja colgado en la preciosa Porcellous. Como si Caspian te diese un toque de atención para luego despertarte en el mundo que ellos han creado. Así explico el sonido tan evocativo de este segundo tema, con unas guitarras que son la mezcla perfecta de las dos bandas mencionadas antes. La canción culmina con un crescendo made in Caspian, combinando las guitarras en modo mandolina, con un bajo más bestia y una batería intensísima para pasar a un tenue piano.

Seguimos soñando con Gone in Bloom and Bough, la canción más larga del disco. Un tema que a más de uno le parecerá un coñazo pero que yo encuentro sublime, con esa gloriosa entrada de las guitarras distorsionadas cuando la canción más lo pedía, ese pasaje intermedio tan calmado con las voces de fondo y ese subidón a ritmo de redoble. Brillante.

Seguidamente viene una exquisita rareza, Halls of the Summer es un tema genuinamente poppy, con su inicio electrónico y una segunda mitad que desborda optimismo por todos lados. Esta canción, con letra sería un bombazo en las salas de baile. Siguen Akiko y High Lonesome. El primero una canción ligera a la par que bonita, mientras que el segundo funciona como un interludio, marca el ecuador del álbum y nos enlaza con Hickory '54 a golpe de bombo. Caspian nos sigue guiando a través de su mundo con esta canción, usando el bombo constante como guía, se van sucediendo diversos pasajes hasta llegar a un final apoteósico propio de la banda, cuando el sonido te explota en la cara. Uno de mis temas favoritos del álbum (aunque escoger uno es casi imposible).

Encaramos la recta final del disco con Long the Desert Mile, una especie de medio tiempo precioso  que usa unas guitarras con unas reminiscencias heavymetaleras muy logradas. Collider the Blue, otra rareza que recalca el estilo Ambient de todo el disco y nos ayuda a empalmar con la última pieza de esta obra, Fire Made Flesh donde los estadounidenses se despiden de nosotros con un tema brutal. En sus casi 8 minutos de duración nos llevan desde el Ambient al Prog-Rock pasando por el Post-Rock y el Post-Metal sin despeinarse.

En conclusión, Caspian ha demostrado con este álbum que es una banda puntera, muy a tener en cuenta en el futuro. Aportan frescura, originalidad y fuerza a un estilo que tiende a la repetición y a anquilosarse en unos estándares. Consiguen moverse con facilidad por varios estilos para enriquecer el suyo propio, lo que le da un sello de distinción. Es esa naturalidad con la que se mueven, que ningún cambio en sus estructuras suene forzado, que todo parezca estar hilvanado desde un buen comienzo lo que ha hecho que este Waking Season esté considerado como lo que es, el mejor disco Post-Rock del año.

Por Fran Vázquez


17 oct 2012

While She Sleeps, This Is The Six

Corren tiempos nuevos y un ejemplo de que las cosas están cambiando es el debut de While She Sleeps. Si hace años fueron grupos como The Beatles, The Clash, The Rolling Stones o U2 los que petaron la escena musical británica, ahora el testigo lo han tomado bandas como Bring Me The Horizon, Architects o los recién llegados, While She Sleeps. ¿Qué estilos tan diferentes, no? De los éxitos del pop, el rock y el punk británicos al más puro metalcore, que es lo que se lleva ahora (cual tractor amarillo). Que se popularice un estilo tan peculiar y especial como el metalcore es un claro síntoma de que algo está cambiando en el mundo, pero sobretodo en el Reino Unido. While She Sleeps acaban de aterrizar con su sorprendente disco-debut This Is The Six, una oda a la vertiente más punk y melódica del metalcore. El cambio de ciclo continúa.


While She Sleeps acaban de aparecer, pero no empiezan ahora. Sus componentes llevan juntos desde el 2006 y en 2010 sacaron su EP The North Stands for Nothing que plantaba las semillas de su debut, This is the Six. El disco empieza con una canción que recuerda a grupos como Parkway Drive, Comeback Kid o los mismísimos Gojira. Tralla, caña, una voz demoledora y unos riffs de guitarra que podrían ser dignos de un tercer álbum de cualquier grupo de metalcore. Habiendo puesto toda la carne en el asador, el segundo tema False Freedom lleva el estilo hacia un camino más melódico, con unos coros brutales que abrazan el tema y lo llevan al clímax final, apoteósico. Las canciones se suceden sin parar ni vacilar, con una fuerza impresionante, hasta The Chapel, la lenta. Un puente completamente instrumental que nos sirve para coger fuerzas después de esta primera parte tan intensa y prepararnos para continuar hacia adelante. Después de salir de la capilla de la tranquilidad nos metemos de lleno, otra vez, en un mar estridente y de ritmo frenético en el que los británicos demuestran que les sobran cojones para crear metalcore sin repetir la misma fórmula. Empujados hacia el abismo llegamos, después de cuatro canciones, a Reunite, la canción que cierra esta magnífica experiencia. Aquí dejan a un lado sus referentes más duros y crean una pieza que se asemeja de una forma muy curiosa a Exitlude, la canción que daba por finalizado el disco Sam’s Town, de The Killers. Como si todo el grupo y unos cuantos amigos más estuviesen de juerga en el local de ensayo, While She Sleeps da por concluido su debut.

En general ha sido toda una sorpresa. No bastaba con tener Bring Me The Horizon que llegaron los Architects. Y no bastaba con eso que llegaron los While She Sleeps, casualmente de Sheffield, la misma ciudad que Bring Me. Y los tres se dan la mano para petar, cada uno a su manera y con su estilo, el metalcore británico y convertirse en los referentes de una generación cuyos padres cantaban al son de Hey Jude.

Por Aniol Florensa

16 oct 2012

Riley Breckenridge habla

La web PureVolume cuelga en su web una pequeña delicia relacionada con Thrice, la canción Words in the Water (la mejor de su último disco) tocada en directo. Extraída del CD en concierto que editará la banda americana como regalo de despedida, Anthology. Posiblemente será lo mejor que oigáis en todo el día.


La web adjunta un pequeño video donde el batería del grupo y mi dios personal, Riley Breckenridge, comenta lo que significa para él la canción en cuestión. Básicamente dice que es su tema favorito del Major/Minor y una visión interesante de lo que ha hecho Thrice en los últimos años. Una especie de búsqueda de respuestas, tema recurrente para los californianos desde siempre. Os dejamos el video, está en inglés pero se entiende y total, solo es un minutillo y medio.

14 oct 2012

Godspeed You! Black Emperor, Allelujah! Don't Bend! Ascend!




Bueno... ¿por dónde empiezo? Vale, Godspeed You! Black Emperor son al Post-Rock lo que Pink Floyd al Prog-Rock, lo que The Clash al Punk, lo que Static-X al Nu-Metal (¡toma referencia al Nu-Metal!). Gracias a ellos, este género musical cogió forma, sentaron las bases y marcaron el camino. Un camino que Mogwai y, sobretodo, Explosions In The Sky, se encargarían de asfaltar. Por eso, cuando GY!BE vuelven a grabar un disco (el primero en diez años), como que todo se para un segundo. Dejas lo que estás haciendo, te sientas en tu sillón, pones el CD y le das fuerza a los altavoces porque Godspeed You! no es un grupo para escuchar en el coche de vuelta de casa de tu novia, es un grupo que se debe saborear con calma y tranquilidad.

La review del Allelujah! Don't Bend! Ascend! va a ser un tanto diferente, básicamente porque el CD no puede ser analizado tema por tema. Como suele ocurrir en los grupos Post-Rock, sus discos están concebidos como bloques compactos, donde cada canción es un pasaje dentro de un conjunto global. Haced la prueba, coged el In passage de Immanu El o el The Four Trees de Caspian e intendad escuchad las canciones desordenadas, la percepción del disco cambia, más de lo que podría cambiar si cogieramos, por ejemplo, el Kingwood de Millencolin e hicieramos lo mismo. Sabiendo esto hay que concienciarse de lo que se va a escuchar. No sé si juega en su contra, pero aunque el disco sea tremendamente bueno (lo digo ahora para evitarnos sorpresas) necesita un contexto y un poco de nuestra parte. Es como la película Pi de Darren Aronofsky, que es muy buena, pero no es recomendable verla con los amigotes durante una noche de pizza y peli.

Una vez preparados solo queda comentar este A!DB!A! (mira que son rebuscados poniendo nombres). Lo cierto es que es el disco más jodido de comentar con el que me he encontrado. Para empezar cuenta con cuatro temas, de veinte, seis, veinte y seis minutos respectivamente. Estos cuatro temas sirven para recordar a los fans del género quienes llevan la voz cantante, solo ellos podrían provocar semejante montaña rusa de sensaciones y pasajes, los temas sabes cómo empiezan pero no como acaban. Ponerse el disco, tumbarse en el sofá y dejarse llevar por estos canadienses te asegura un viaje de tres pares de narices, durante su escucha es muy fácil perderse en el tiempo, y eso me encanta.

En el disco, la banda parece que haya puesto todo la carne en el asador, hay una sensación como que se nota que tenían ganas de volver. No se cortan un pelo en meter todo lo que se les ocurra, así nos encontramos sonidos árabes y pasajes que tiran por el rock psicodélico como en Mladic o momentos bizarros como en Their Helicopters' Sing o el último minuto de Mladic. También dejan espacio para el Post-Rock más convencional en We Drift Like Worried Fire con un sonido que recuerda al de Explosions o Mono. Momentos de chicha como en el final de Mladic y pasajes que parecen extraídos de la casa del terror. Todo esto aderezado con un sonido tremendamente distintivo -aunque lo de imitar un disco de vinilo lo encuentro innecesario-, con unas guitarras que van de riffs al más puro estilo indie rock a los ya clásicos rasgueos de guitarra distorsionada del post-rock o al shoegaze de los grupos más experimentales. Mención especial a la sección de violines que no tiene nada que envidiar a la de Mono y a la batería que, aunque pueda parecer que está supeditada al resto, hace un trabajo titánico imprimiendo una fuerza brutal cuando los temas más lo necesitan.

En definitiva, Allelujah! Don't Bend! Ascend! es un disco excelente, perfectamente ejecutado pero con un gran handycap, es tan experimental y alternativo que difícilmente conseguirá calar en aquel que no sea un seguidor acérrimo de la banda o un amante consumado del Post-Rock, en mi caso me sé de muchos amigos que pondrán este trabajo a caer de un burro, no les culpo, en parte es comprensible. Al igual que yo no soporto escuchar un disco entero de Sex Pistols, hay personas a las que este CD le causará un inenarrable dolor de cabeza.



Por Fran Vázquez

9 oct 2012

The 69 Eyes, X

No son el mejor grupo de metal del mundo, ni lo serán. No son míticos. No son un estandarte. No son un grupo que pase a la posteridad. Pero si algo tienen The 69 Eyes es que han seguido siempre el camino que han querido, manteniéndose al margen pero aportando su granito de arena en el goth metal. Esto es lo que les hace únicos e interesantes. Es la capacidad de crear una álbum más que correcto sin desmarcarse de su estilo lo que hace de la banda finesa un referente dentro de su estilo. 


Su último trabajo X, no es el disco del año, ni su mejor álbum, pero recoge la esencia de The 69 Eyes y lo hace un disco correcto, sencillo y, lo más importante, entretenido. ¿Cuántas veces hemos escuchado un disco de goth metal y al cuarto tema ya teníamos suficiente? X rompe con esta monotonía gótica y nos trae 10 canciones de composición simple, deducible pero coherente. La voz aterciopelada de Jyrki acompaña unas melodías que se acercan más a la banda sonora de una road movie que a una iglesia abandonada. Y es de agradecer el toque motero que The 69 Eyes plasman en sus canciones. El ejemplo de canción de carretera oscura es el séptimo tema Bordeline, en mi opinión una de las mejores canciones del disco y la menos gótica. Pero vayamos por partes. El disco arranca con Love Runs Away, una épica y dulce declaración de intenciones. Un golpe de puño sobre la mesa para decir: “hemos vuelto, y no hemos cambiado”. Coincidencia o autoplagio, pero el estribillo de la siguiente canción, Tonight, se parece demasiado a Never Say Die, del Angels (2007). No es un problema que se parezca. De hecho se agradece la fuerza que comparte con su homóloga. En el tercer tema, Black, Jyrki canta como si de Johnny Cash se tratase dando a una canción bastante monótona y plana un poco de cuerpo e intensidad. If You Love Me The Morning After pasa sin pena ni gloria. Es una canción bastante aburrida y con poco atractivo, pero claro, un disco con 9 canciones parecería un trabajo de Linkin Park y no de The 69 Eyes. En Red se confirma el bajón del disco, este pack de tres canciones que hunden un poco el disco y la diversión de las primeras canciones. Suerte que llegan I Love The Darkness In You y la antes alabada Bordelines, dos canciones poco góticas pero con una carga sentimental y una contundencia envidiables. ¿Soul? ¿Es soul eso que escucho? Sí, es un rock con soul. Es I’m Ready, una canción fuerte con coros de misa negra. Este plus lanza la canción hacia su compañera I Know What You Did Last Summer, el tema tétrico y épico, con el piano como protagonista y la intención de atormentar al pobre fan emo-gótico. When A Love Comes To An End pone punto final al disco. Es una canción pausada, ambiental, con el objetivo de cerrar este último capítulo, por el momento, de The 69 Eyes.

Como ya he dicho en la introducción de la review, este disco no aporta nada nuevo, pero en él podemos volver a gozar de la esencia de The 69 Eyes. Este 2012 no está siendo particularmente bueno con los últimos trabajos de las bandas de toda la vida pero los finlandeses han sabido sacar partido a lo que saben hacer y no se han perdido intentando aportar savia nueva a sus canciones. Si una cosa funciona, ¿por qué tocarla?

Por Aniol Florensa
 

29 sept 2012

No Doubt, Push and Shove

Normalmente acostumbro a ser bastante respetuoso con los análisis y mis comentarios. Sé que corren tiempos difíciles y drogarse para componer ya no está tan bien visto. Los más bohemios, los más chulos y los más punks se están jubilando y, con ellos, ese sentimiento de que lo que mola es chutarse mil drogas que saquen todo el talento y ayuden a crear EL disco. Así nacieron discazos como Punk in Drublic (1994), Recipe for Hate (1993), Hybrid Theory (2000) y un largo etcétera, en el que se incluye la obra maestra Tragic Kingdom (1995), de No Doubt. Ya han pasado un par de décadas de estas piezas de museo y ahora los creadores de dichos discos-orgasmo están para el arrastre. Punk in Drublic ha dado paso al lamentable Self Entitled (2012), Bad Religion firmó esa cosa rara que llevaba por título Dissent of Man (2010), después de varios intentos Linkin Park sacaron la patata Living Things (2012) y No Doubt ha vuelto a la escena musical con Push and Shove (2012). Es curioso como con la edad los grupos pierden fuelle, talento, creatividad y soltura. Canciones más largas, con más ruiditos, como más pedantes. The Cure es otro caso de esta degeneración. Es como si tuviesen demencia senil y no recordasen por qué eran tan grandes, por qué llegaron donde llegaron. Enter Shikari va camino de convertirse en el nuevo grupo con alzheimer. Y así suma y sigue. Pero ya basta de reflexiones. ¡Vamos al tajo!

Hago el esfuerzo. Me conecto en Spotify. Buscar…No Doubt. Hago el esfuerzo. Disco: Push and Shove. Primera canción: Settle Down. Hago el esfuerzo. Pasan los minutos. Me aburro. Pero hago el esfuerzo. Lo he hecho. He escuchado enterito el disco-retorno de Gwen Stefani y compañía después de 11 años sin No Doubt. Os juro que he hecho el esfuerzo. Y sin ningún doubt es de lo peor que he escuchado este año. No analizaré canción por canción porque estoy muy cabreado y mis dedos están deseando escribir muchas palabrotas. Voy a hacer un análisis general de lo que acabo de experimentar. 


Me dicen que es el último disco de David Guetta con la colaboración de Gwen Stefani y me lo creo. La personalidad de la banda de Anaheim ha quedado reducida a una sucesión de elementos electrónicos, reverberaciones discotequeras y una simplicidad melódica digna de un recién salido de Operación Triunfo. Esas líneas de bajo tan particulares, ese ska tan especial, esas canciones tan locas con las que nos enamoraron hace veinte años, han dado paso a una bazofia de hit de radio. Mierda, había jurado no pasarme de la ralla con ellos, pero es que no puedo. Sí, lo sé. Muchos de vosotros sois muy respetuosos con los últimos discos de los grupos. No los criticáis mirando hacia atrás, sino que separáis ese álbum de los otros y lo analizáis como una pieza nueva. ¡A ver si podéis hacerlo con Push and Shove! Bromas aparte, yo también soy como vosotros, pero cuando una cosa me indigna lo tengo que decir. Me hubiese desgarrado el alma haberme comprado este disco. Y no quiero que os pase lo mismo. Por eso espero que no seáis respetuosos sino críticos. Sí, muy bien, se han vuelto a juntar. Bravo. Pero lo han hecho mal. Y eso se tiene que decir. Al fin y al cabo los que se lucran son ellos.

por Aniol Florensa
 

24 sept 2012

Syberia, Drawing a Future




Parece que fue ayer cuando descubrimos a Syberia teloneando a los increíbles Sights and Sounds en la pequeña sala Underground de Barcelona. Parece que fue ayer pero eso fue el 14 de febrero, que día más bonito para conocer a una banda que apunta maneras.

Poco menos de siete meses después, los barceloneses nos trae su primer álbum, Drawing a Future. El título no podría ir más al pelo porque con este CD la joven banda de Post Rock está dibujando su futuro y, francamente, nadie dirá que no saben dibujar. Claro que tiene sus puntos negativos pero creo que han hecho los deberes y han aprobado con creces. Un disco correctísimo con algunos momentos realmente increíbles y con claras señas de la gran calidad técnica que poseen sus músicos, pero vamos a entrar en materia.

Drawing a Future empieza con un temazo en toda regla, Renaissance. Me parece que es el tema perfecto para empezar, la canción parece decirte “venga, agárrate que esto te va a planchar”. Personalmente me gusta mucho ese sonido inicial, me transporta a un paraje desértico y frío para, al minuto de haber empezado, meter caña. Un tema épico, muy en la línea de Toundra, guitarra distorsionada con guitarra limpia, batería contundente y un bajo dropeando a saco. Ojo a los dos últimos minutos porque son impresionantes

Llega el segundo track, Stampede, de una manera un pelín brusca, tal vez hubiese cambiado la intro para evitar la sensación de corte entre primera y segunda canción. La gracia de los discos de Post Rock es que muchas veces se escuchan como todo un bloque musical, como si todas las canciones se pudieran tocar sin pausas entre ellas. Stampede empieza algo rara pero Syberia tiene el remedio, clavarte un primer tercio de tema al más puro estilo metalero, el bajo vuelve a hacer de las suyas, me encanta. Pero lo mejor está por llegar porque a los dos minutos veinticinco segundos se marcan un cambio de ritmo genial, la canción obtiene otro cáriz. De nuevo el bajo lleva un poco la voz cantante seguido de la batería pero las guitarras ejerecen un perfecto contrapeso y acaban con una tercera parte introducida por un parón (todos los intrumentos dejan de sonar) muy buena.

El tercer tema es mi favorito. Colossus Collapse tiene posiblemente el mejor nombre de canción desde Glasgow Megasnake de Mogwai. Empieza muy ambiental, calmada pero que denota cierta tensión. Al poco ya están metiéndole zapatilla, su batería, Oscar, totalmente desatado haciendo genialidades y llega a la mitad donde nos espera un cambio de ritmo a los que nos está ya acostumbrando el disco, en este caso para bien, pues el tema pilla un ritmo muy guapo. Entra en el último tercio de canción con una locura, la canción se llama Colossus Collapse por algo ¿no?

Con la cuarta pista viene la canción más arga del disco (8 minutos y medio). Tidal Waves viene siguiendo la línea de las otras canciones, una intro corta, subida de intensidad y cambio de ritmo. Me gustan especialmente las guitarras, muy limpitas todas ellas. Esta canción me recuerda a un híbrido entre Mono y Maybeshewill por la unión entre pasajes cristalinos con trozos más metaleros, al menos hasta el minuto 5 y medio. En ese punto la canción se frena y empieza una parte realmente bonita, muy al estilo de los antes mencionados Mono, con un final estupendo.

Sigue Skyssa, un interludio de un minuto y medio y llegamos al ecuador del álbum con Drawing a Future (me da a mi que ésta va a ser el hit del disco). De momento empieza bien, aunque no puedo dejar de sentir cierta sensación de “dejà vu” (dejà écouter para ser más pedantes). Lo cierto es que estructuralmente todas las canciones son muy parecidas, creo que es una de las pegas del disco, la reiteración de los mismos elementos, las partes tan marcadas, vamos. No digo que el tema sea malo, al contrario. En solitario, esta canción es tremenda pero el hecho de que sea la sexta vez que escucho los mismos mecanismos hace que no me impacte como debería. A todo esto, la última parte me parece una maravilla, quitando esos 30 últimos segundos, que creo que estorban más de lo que ayudan.

Parece que Syberia son conscientes que lo bueno si es breve dos veces bueno, y los últimos cuatro temas son de los de pegarte a la silla. Efectivos, cortos, directos y, sobretodo, buenos. The day after the end of the World, me pareció una pasada en directo y aquí conserva la fuerza que tenía la primera vez que lo escuché. Creo que es el tema que mejor define a este grupo. Post Rock contundente pero a su vez ambiental, nada recargado y que te va directo al cerebro. Sigue Red Dawn, un “medio tiempo” para calmar al público y descansen un poco. Es un tema precioso, con un aura meláncolica pero con muchísima fuerza en su tramo final. Y después de otro interludio, Framtíð, Syberia se despide con Ära. Un tema correcto, en la línea de los demás, dos partes diferenciadas pero se guardan un as en la manga, un as en forma de riff de guitarra de esos que dices “hostia”.


Y con esto acaba el disco. Al igual que con el cine, no puedes esperar que la primera película de un director sea una obra maestra. En la música pasa igual (Thrice tardó seis años en sacar The Alchemy Index, Tool tuvo que esperar ocho para dar con Lateralus) y el caso de Syberia es un ejemplo. Un disco muy correcto, perfectamente ejecutado pero que arrastra algunos problemas. Para empezar, las estructuras de las canciones son demasiado cuadriculadas y al final dan una sensación de homogeneidad que no debería. En algunas canciones se nota cierta “búsqueda de estilo”, como si aún estuviesen definiéndose. Y el que creo que hace que el disco no sea la hostia en patinete es el abuso de partir las canciones. Hay momento en los que se agradece, otros en los que sencillamente se “ensucia el tema”. Es mi opinión como oyente, preferiría que Colossus Collapse o Drawing a Future, por citar dos ejemplos, no acabasen de la manera que acaban, pues suena como forzado. No obstante, son problemas menores que se solventarán, segurísimo, en sus siguientes trabajos.

Syberia, al igual que Toundra, está consiguiendo algo importante, demostrar al mundo que en España no todo está perdido, aún hay talento, aún hay esperanza. ¡Gracias chicos!




Por Fran Vázquez

23 sept 2012

Billie Joe on fire!

Bueno, la noticia está dando la vuelta al mundo y no es para menos. El caso es que Green Day estaba tocando en el festival iHeart Radio cuando la organización les recortó 20 minutos de actuación para que Usher y Riahanna pudiesen tener más tiempo. A lo que el frontman (y tonto del culo profesional) Billie Joe hico esto.



A lo que yo contesto. GENIAL, con dos cojones chavales, sí señor. La verdad es que tiene razón en todo lo que dice, muy a mi pesar (no los soporto) esta banda son unas eminencias, uno de los grandes y como bien dice llevan desde el '88 en esto. Pero también digo, si sois tan punk para qué coño os meteis en el iHeart Radio, suena como a festival para snobs. Vale que hace eones que no se ve un circle pit en vuestros conciertos pero si vais tan de hardcore, al menos escoged festivales acorde. Ahora bien, si esto lo habéis hecho para daros bombo y petar YouTube con los videos virales estos, me quito el sombrero.

Es igual, para la posteridad quedará el momento "one minute".

Por Fran Vázquez

19 sept 2012

Nuevo disco de Caspian



Good news everyone! Como dice el profesor Farnsworth en Futurama. Porque Caspian esta a puntito de lanzar su nuevo album, el 30 de septiembre, ni más ni menos. Ciertamente, esta es una noticia que se la puede sudar a más de uno pero si digo que Walking Season está considerado el mejor disco de Post Rock del 2012 y que el 22 de octubre tocarán junto a Syberia en la Sidecar de Barcelona (un día antes lo harán con Jardín Delacroix en Madrid) pues como que aumentan un poco las espectativas.



En Twoheebsandabean, vuestro blog amigo, hemos podido escuchar ya lo nuevo de los de Massachussets y tiene pinta de convertirse en un disco de referencia para aquellos que os tocais con el Post Rock. Incluso me atrevería a decir que por momentos supera al For My Parents de Mono, ¡¡hala qué bestia, lo que ha dicho!! Pues sí chavales, sí. En unos días la review, para que la gocéis.

Así vamos a acabar el año.

18 sept 2012

Band of Horses, Mirage Rock




Band of Horses es una de esas bandas que me gustan y no sé por qué, supongo que es por la temblorosa voz de Ben Birdwell o sus melodías agridulces, pero igualmente no sabría dar un motivo concreto. Así como tampoco podría englobarlos en un estilo definido. ¿Qué tocáis? Supongo que indie rock, pero tenéis ese ramalazo de folk sureño (¿Existe el folk sureño? Es igual, me sirve como ejemplo). El caso es que la banda venía de sacar su mejor disco (a mi parecer), Infinite Arms, allá por el 2010. Un discazo como la copa de un pino, unos coros brutales, unas melodías preciosas, su mejor obra. Ahora nos llega el Mirage Rock, un álbum un poco más contenido, creo. Ben y los suyos tiran de fórmula, de lo que les funcionó antaño pero lo diluyen un poco demasiado, el disco es más poppy, joder! No hay un Laredo, no hay un Factory, no escucharemos un Northwest Apartament y ni de coña oíremos un The Funeral, solo oíremos aproximaciones a lo que causaban esas canciones, falta esa garra aterciopelada con la que nos abrieron suavemente en canal años atrás.

Y como seguramente tendré un ejército de fans acercándose a mi casa para quemarme en una hoguera diré, en mi defensa, que el disco tampoco es tan malo, es reguleras. Afortunadamente, Band of Horses son suficientemente buenos como para sonar competentes incluso cuando van con el piloto automático. Así pues, después de superar la tediosa Knock Knock, podemos deleitarnos con How to live y Slow cruel hands of time, ésta última nada del otro mundo si no fuera por la prodigiosa voz de Birdwell y los supercoros que nos clavan.

Luego llegan A little biblical y Shout-In tourist y uno se pregunta qué coño hacen esas canciones ahí, dos temas U2, como me gusta llamar a esas canciones lentas, que no arrancan jamás y que parece que duren el doble de lo que duran. Desde aquí dar las gracias a Bono y su crew por dejarse la bolsa escrotal en casa el día que se propusieron crear un nuevo estilo de música. Gracias a dios, BoH no son los irlandeses y como recompensa -o para redimirse por lo que acaban de grabar- nos brindan Dumpster World, el mejor tema del disco que me recuerda vagamente a Pink Floyd (Comfortably Numb y eso).

La mitad hacia abajo del CD apunta a lo que viene siendo hasta ahora, una especie de combinación de temas sin mucho intríngulis, sin demasiada alma, con alguna que otra canción interesante. El caso de Electric Music, un tema del que te pasas los 3 minutos y medio que dura esperando un arranque, una subida de intensidad, pero no. Sigue Everything's gonna be undone que parece una canción de broma -me imagino a Ben Birdwell y a Creighton Barrett partiéndose el culo de la risa en el estudio- y Feud, que no sé si será por contraste pero tiene su gracejo, aunque quedará la duda de ¿era necesario cantar tan agudo?

Pero alto ahí porque La banda de los caballos nos reserva dos perlitas, Long Vows y Heartbreak on the 101. Dos temas que se salen un poco del estilo (por contar con otra voz) pero que de verdad consiguen sobresalir en ese mar de 'psché' que ha sido todo el álbum.

En definitiva, un disco flojillo, una especie de sucesión de aceleraciones y frenadas en seco que no te hacen acabar despegar. Si obstante, un fallo no puede servir para destrozar la carrera de un grupo que ha demostrado tener talento a raudales. No seré yo quien reniegue de estos estadounidenses solo por un disco flojo. Ahora bien, espero que en el próximo disco nos la vuelvan a cascar dura y no sea solo un 'espejismo de rock'.

Por Fran Vázquez

16 sept 2012

Mercat de la Música Viva de Vic 2012

Este fin de semana se ha celebrado una nueva edición del Mercat de la Música Viva de Vic Fest y como no podía ser de otra manera Two Heebs ha ido a la capital de Osona para cubrir los conciertos del sábado. Pero esta crónica será un poco diferente a lo que estamos acostumbrados a escribir de los directos que presenciamos. Será una crónica fotoperiodística. Sólo con fotos, vamos. ¿Por qué? Porque no podemos llenar más de un párrafo de análisis de Txarango, El Puchero del Hortelano y La Pegatina. Basta con decir “sus canciones suenan todas igual y la gente se lo pasa bien”, que la crónica estaría terminada. Por este motivo os presentamos la fotocrónica del Mercat de la Música Viva de Vic. ¡A gozar con el mambo!

Yo también me apunto a comentar las fotichuelas

La gente esperaba ansiosa a Txarango
Y el premio al fan desubicado es para el niñato de la camiseta de 2PAC
Zumo del bueno
NOTA: TwoHeebs no hace publicidad y menos de la deliciosa y refrescante cerveza Estrella Damm

12 sept 2012

The Bouncing Souls, Dave Hause y The Headlines, Sala Estraperlo


HFMN Crew nos brindó otro conciertazo en la Sala Estraperlo, en Badalona, el pasado día 10 de septiembre. Esta vez los maestros de ceremonia eran los míticos The Bouncing Souls, acompañados por el punk sueco de The Headlines (que no “Headliners” como todo el puto mundo se piensa que se llaman) y el talento del solitario Dave Hause. Sin más dilación…¡Vamos al lío!

Estábamos esperando, birraca en mano, a que salieran The Headlines. El escenario estaba preparado, sólo faltaba afinar los instrumentos. Entonces salió una chica, con atuendos de punkarra y el bolso colgando. Subió al escenario y afinó el bajo, sin soltar el bolso. “Mal vamos. Una chica afinando el bajo con el bolso”, se oyó de la boca de algún Two Heeb (no miro a nadie…). Los prejuicios son así, te sesgan la opinión y te condicionan el resto de tu vida. Pero cuando sonó la primera nota de The Headlines, los suecos cogieron nuestros prejuicios y los porculizaron. Las canciones sonaban con una profundidad brutal, te abrazaban y golpeaban de forma cariñosamente punk. Tenían el reto de superar el típico hueco, el vacío que se crea delante del escenario cuando empieza el primer grupo de la noche. No lo llenaron con gente (el público en frío es muy soso), pero si con un sonido electrizante y contundente, que, a veces, recordaba a The Clash y The Ramones. Precisamente el último tema que tocaron fue una magnífica versión de Blitzkrieg Bop  que hizo saltar al más soso de los ahí presentes. Se habían ganado nuestro respeto y habían matado nuestros prejuicios de mierda. Al finalizar intercambiamos unas palabras con Kerry, la bajista. Sí, la del bolso. Simpática y sudada nos contó anécdotas de la gira y la felicitamos por el directo que nos habían regalado. 

The Headlines
Era el turno de Dave Hause. Tuvimos la oportunidad de disfrutar de sus temas en la edición de este año del Groezrock Festival y ya sabíamos lo que nos esperaba. Lo primero que hizo Dave al subir al escenario fue obligar al público a llenar los metros de oxigeno de delante del escenario. Y claro, no le vas a decir que no. Los Heebs en primera fila, íbamos a pillar fijo. Y así fue. Fuimos objeto de un intercambio de bromas con Dave, lo que hizo que lo amaramos más de lo que ya lo amamos. Después de un momento divertido tocó y nos dejo el culo torcío. Qué fuerza, qué melodías, qué intensidad. Él sólo, un tío de mediana estatura, delgadito, lo llenó todo. Sus notas parecían boomerangs recorriendo la sala para impactar en nuestras nucas.

Dave Hause
Dave Hause
Y así, con el clímax de The Headlines y el impacto de Dave Hause llegaron The Bouncing Souls. No los habíamos visto nunca y podríamos decir que casi no los habíamos escuchado nunca. Sí, ahora pensaréis: “vaya mierda amantes de la música los Heebs estos”. Podríamos haber hecho los deberes y haber escuchado toda su discografía para ir preparados al concierto, pero decidimos no buscar ninguna canción para llevarnos una sorpresa. Y la sorpresa fue excelente. Musicalmente nos pusieron los pelos de punta. Sus himnos nos cautivaron. Pero lo que más nos impactó fue su presencia en el escenario. Concretamente la presencia del vocalista Greg Attonito. Nos dejó Attonitos……lo siento, tenía que hacerlo. Ejem…continuando con la crónica…La Jeni, novia del Heeb Ian, lo bautizó como “El Sergio Dalma del punk”, por su elegancia, su planta y sus movimientos con el micro en la mano. Parecía un crooner, un galán. Vestido con camisa y corbata era lo más old school que había en la sala. Desbordaba carisma por todos lados y enamoraba con su sonrisilla. The Bouncing Souls pusieron toda la carne en el asador y Greg Attonito nos ofreció una parrillada de temazos, energía y buen rollo. Fue una barbacoa perfecta. 

The Bouncing Souls
Greg Attonito
Bryan Kienlen
De un concierto que, personalmente, me hacía un poco de pereza (el día siguiente me levantaba a las 6:00 para ir a trabajar) a una de las mejores noches de los últimos meses. Buena música, buenos personajes y un ambiente típico de la Sala Estraperlo, con un contacto directo con los artistas y un público excelente.       

Por Aniol Florensa