Enhorabuena chicos, lo habéis vuelto a
conseguir.
Increíble el tercer disco de los
madrileños Toundra, así de simple. La banda española de Post-Rock
se ha sacado de la manga un discazo que creo que supera al anterior
(y ya es difícil!) y es que basta una escucha del álbum para saber
que estamos ante un grupo diferente al resto. Vamos a ver...
El disco empieza con Ara Caeli, como
una continuación directa del Toundra II. Lo cierto es que este
temazo me recuerda mucho a Bizancio/Byzantium. Empieza muy tranquilo
y, paulatinamente, aumenta la intensidad hasta llegar a la cúspide
cerca del minuto 3, ahí la canción se vuelve enorme. Todo sonando,
todo limpio, los contrastes de las guitarras -una distorsionada con
la otra limpia-, el bajo y esa batería deliciosa, compleja pero sin
ser recargada, hasta nos brindan un pasaje al más puro estilo
Prog-Rock, así como quien no quiere la cosa.
Sigue con Cielo Negro (Black Sky), sin
espacio entre temas. Esta canción me recuerda mucho a Tool, y es
algo que ya noté en sus anteriores trabajos y viéndolos en directo
(cuando teloneaban a Nothink), Toundra bebe mucho de Tool, o al menos
es la sensación que me da. El inicio de Cielo Negro podría ser una
canción de los californianos, con ese sonido de lluvia para
ambientar y esas distorsiones en las guitarras, con esa batería que
no para quieta. Y a lo tonto a lo tonto los 6 minutos que dura la
canción ya han pasado, para ser un disco cuyas canciones no bajan de
los 5 minutos, se me está pasando volando. Al loro con el último
minuto del tema, una delicia.
Llega Requiem, con el grillar de unos
grillos, el dulce punteo de una guitarra acústica y una batería sin
platos, Toundra nos da un respiro, o eso nos parece. A decir verdad,
es una canción acojonante, las violas y los violines están
excelentes. Todo va adquiriendo un cáriz épico muy currado que
explota al final para luego volver al punteo de guitarra. Uno de mis
temas favoritos del álbum.
Y sigue el disco con Marte (Mars). Aquí
empieza ya a toda hostia, es la canción más corta del disco y se
nota que van al grano. En este tema ganan protagonismo la batería y
el bajo y no me equivoco si digo que el batería de Toundra es uno de
los mejores baterías del país. En esta canción lo demuestra. Tal
vez este sea el tema más flojo del disco, por lo de ser una canción
un poco más “comercial” o tal vez porque se les va un poco más
del estilo.
Entramos en la recta final con Lilim y
Espírita. El penúltimo tema es Toundra al 100% con sus
característicos riffs de guitarra, su batería virtuosa llena de
contratiempos y su bajo que crea una especie de diálogo entre los
instrumentos. Joder, qué complicado es intentar describir a este
grupo. Y su último tema es el que te mata, porque no te iban a dejar
medio muerto, ya que te tienen, ponen toda la carne en el asador y
p'alante. Empieza como con mucha fuerza, para relajarse durante 2
minutos, aunque tu ya sabes que eso va a subir, y vaya si lo hace, al
minuto 3 ya te clavan en la butaca. Me encanta la parte del medio de
la canción, otra vez al más puro estilo Tool (¡si hasta las
guitarras se parecen!). Y acaba de la mejor manera que podría
acabar, si bien me gusta más el final del anterior disco (Bizancio
es mucho Bizancio), este final de álbum es como más serio, más
adulto, no tan a lo loco.
En definitiva, Toundra ha demostrado
ser uno de esos grupos a los que hay que tener en cuenta, ha
demostrado que en este país aún se pueden hacer cosas interesantes
y que se salgan un poco de lo que se lleva ahora. Pero lo mejor es
que ha demostrado que aquí sigue habiendo gente de mucho talento,
algo de lo que empezaba a dudar.
Aquí el DISCO para que lo compreis o lo descarguéis totalmente gratis
Por Fran Vázquez